domingo, 30 de agosto de 2009

Qué ves cuando me ves

Pueden descargar aquí la versión en pdf del libro "Qué ves cuando me ves. La televisión argentina como industria cultural", realizado por el equipo de investigadores del SInCA (Sistema de Información Cultural de la Argentina), de la Secretaría de Cultura de la Nación.

Allí pueden encontrarse datos de consumo cultural sobre la TV, concentración económica de medios, mapa de medios, relación entre la Capital y el interior en cuanto a programación y propiedades, y una historia sucinta del derrotero legislativo de la radiodifusión desde la dictadura hasta el presente.

viernes, 28 de agosto de 2009

Goles y desaparecidos

Ernestina Herrera de Noble (Grupo Clarín) brindando con Videla

En uno de los párrafos más fuertes de su discurso en el multitudinario acto en el campo de entrenamiento de la selección de fútbol en Ezeiza, la Presidenta dijo que “ya no nos secuestrarán los goles”, en alusión al contrato que rescindió la AFA con la empresa TSC, que tenía la exclusividad para la trasmisión de los partidos y de la emisión de los goles a través del programa Fútbol de Primera de Canal 13. “Te secuestran los goles hasta el domingo, como te secuestran las imágenes y las palabras. Como secuestraron a 30 mil argentinos. No quiero más una sociedad de secuestros, quiero una sociedad cada día más libre”, dijo ante los aplausos del auditorio donde también estaban la mayoría de los presidentes de los clubes de fútbol.
Página/12, 21 de agosto de 2009

Inmediatamente, la Fundación Servicio Paz y Justicia Argentina (SERPAJ), que dirige el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, publicó una carta en rechazo a la comparación.
"¿De qué habla la Presidenta?", se preguntó Pérez Esquivel, y dijo a DyN que es una "barbaridad relacionar los desaparecidos con una cancha de fútbol y con goles, no tiene nada que ver con el sentido profundo de lo que la dictadura significó para la vida del pueblo argentino".
"La presidenta ha relacionado el llamado 'secuestro de goles' con el secuestro y desaparición de personas, como si fueran iguales. Llegar a devaluar los conceptos y palabras es peligroso, y eso en boca de la presidenta de la Nación es grave", añadió e instó a "hablar menos y hacer más".
También Adriana Calvo, referente de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD), se consideró agredida por la equiparación del fútbol y los desaparecidos que hizo la Presidente y afirmó: "El pan y el hambre sí están secuestrados en este país. Para los que estuvimos desaparecidos el fútbol es sinónimo de dictadura: desde la ESMA se escuchaban los gritos de festejos en el estadio Monumental durante el Mundial 78", según un cable de DyN.

Crítica Digital, 28 de agosto de 2009

Hace poco, en una reunión, un conocido comentaba con una mezcla de indignación y sarcasmo estos dichos de la Presidente: "¡Qué tienen que ver los goles con los desaparecidos, por Dios!"

Según Adriana Calvo, al parecer, bastante. No puedo ni quiero cuestionar su autoridad para hablar sobre el tema, pero sinceramente no comprendo por qué se sintió agredida por la comparación, si "para los que estuvimos desaparecidos el fútbol es sinónimo de dictadura".

También Adolfo Pérez Esquivel criticó este dicho de la Presidente; respeto su posición.

Pero esa noche no pude contenerme, y entonces le dije al conocido en cuestión lo siguiente: no creo que sean palabras tan desatinadas ni que "no tenga nada que ver", sobre todo considerando que TyC Sports pertenece al Grupo Clarín y que Ernestina Herrera de Noble, una de sus dueñas, es apropiadora de hijos de desaparecidos.

La comparación de CFK puede carecer de delicadeza, incluso ser poco feliz y violentar lo indecible, como dijo Horacio González y como reflejan las opiniones de aquellos a quienes respeto por su compromiso y su militancia. Pero no puedo evitar sentir que es básicamente correcta. Las mismas personas que desde los medios de comunicación colaboraron con la Dictadura son los que hasta hoy monopolizaban esas transmisiones.

Por otra parte, se necesita ser muy mal pensado para creer que CFK intenta desvalorizar las desapariciones forzadas de personas durante la última Dictadura, cuando fueron estos últimos dos gobiernos, y no otros, lo que más impulsaron los juicios contra los militares, quienes más apoyaron a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y quienes instalaron con mayor insistencia la temática de la violación de los Derechos Humanos durante la Dictadura en su agenda y en el debate social. Teniendo esto en cuenta, insisto: sí, la comparación puede ser poco feliz. Pero no es infundada. La condena a una comparación, por comprensible que sea, lamentablemente sólo lleva agua hacia el molino de una oposición que no vacila en usurpar el discurso de quienes realmente se preocupan por la democracia.

jueves, 27 de agosto de 2009

Historieta creada por el espacio Carta Abierta

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Mapa de medios de la Argentina - Mapa del Grupo Clarín

Observando estos esquemas es difícil no ver que los medios de comunicación están concentrados en unas pocas manos privadas. O que el Grupo Clarín controla simultáneamente los diarios, radios, servicios de cable y de internet más utilizados del país. Falta sin embargo un detalle en el mapa de Clarín, y es: que también posee el diario Página/12.


Mapa de Medios de la Argentina (a nov 2008)
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Grupo Clarín
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Derecho indígena a la comunicación con identidad

Este tríptico se repartió hoy en la marcha: voces que han sido calladas incluso antes de que existiera la radio. La oportunidad de abrirles el espacio es Hoy.

Anverso (click para ampliar)


Reverso (click para ampliar)


27-08-09, Marcha de apoyo al proyecto de Ley: lo que los medios no mostraron


Se realizaron hoy un acto y una marcha en apoyo al proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. La marcha partió al mediodía desde Plaza de Mayo al Congreso de la Nación Participaron agrupaciones kirchneristas, agrupaciones profesionales, organizaciones sociales, sindicatos, y gente de a pie que apoyamos la iniciativa. Por supuesto, ningún medio se hizo presente para transmitir el evento. Ni siquiera (extrañamente) Canal 7. Así esta expresión de apoyo fue absolutamente silenciada e invisibilizada por aquellos a quienes no favorece, los que tienen hoy el poder de decidir quién existe y quién no, quién es o no es tema de debate.
A pesar de algunas ausencias que lamento, fuimos muchos los que expresamos nuestro apoyo al nuevo proyecto de ley. Valgan estos videos y fotos como testimonio.



Hacia el Congreso



Los grupos llegan al Congreso


Concentración en Plaza de Mayo




Espacio Carta Abierta




Movimiento Evita


(a la izquierda) El filósofo Ricardo Forster (Carta Abierta)




Cruzando la 9 de Julio


Frente Transversal - CTA


Central de Trabajadores Argentinos (CTA)





Por qué este blog

La Presidenta de la Nación presentó hoy ante el Congreso el proyecto para la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. De ser aprobada, esta ley limitará los actuales oligopolios mediáticos, estableciendo un tercio de los espacios para el sector público, otro tercio para el privado y otro para organizaciones civiles como ONGs, universidades, iglesias, sindicatos, pueblos originarios, etc.

Es de vital importancia que esta ley sea aprobada por el Parlamento. Demasiado tiempo ha regido el actual decreto-ley de la Dictadura del '76. Demasiado, pero el suficiente para lograr implantar en nuestra sociedad un pensamiento monótono, cerrado a los Otros, reaccionario, intolerante y egoísta. Ideología muy acorde al neoliberalismo implantando en los años '70 y que durante los '90 vació al país y aumentó la inequidad social. El actual sistema de medios, manejado por unas pocas empresas privadas, oculta hoy sus intereses económicos y políticos tras los rótulos de "objetividad", "prensa libre", "periodismo independiente". Mientras tanto, pacientemente, fomentan en la población el miedo, la desconfianza hasta de la propia sombra, la criminalización del pobre, el "no te metás", la afectación moral de quienes creen tener la conciencia limpia por el mero hecho de pagar sus impuestos. El resultado, en términos culturales, ha sido nefasto: poco a poco nos despojan de la memoria, la solidaridad y el espíritu crítico. Un buen consumidor no recuerda: sólo proyecta sus sueños en el futuro. Un buen vecino no se preocupa por los demás, sino por su ciudad, mejor dicho, por su manzana, mejor dicho, por su casa, mejor dicho, por sus hijos ("nuestros hijos"). Un buen consumidor no reflexiona sobre lo que acaba de ver, escuchar o leer, comparándolo con otras versiones acerca de lo mismo o con su propia experiencia; simplemente se indigna y asiente.

Señores, a abrir los ojos: los medios masivos de comunicación juegan en estos tiempos un rol importantísimo y mucho mayor de lo que sospechamos en nuestro trato cotidiano con ellos. Es a través de los medios -la televisión, la radio, internet, los diarios, las revistas- que accedemos a los datos que aceptamos llamar "realidad". Los "hechos", la información "objetiva", son ficciones muy cómodas para desentenderse de lo que debería ser obvio: que todo narrar es una toma de posición. Todo ángulo de la cámara expresa un punto de vista. Toda toma selecciona qué mostrar y qué dejar afuera. Y estas decisiones no son azarosas, expresan una postura, una ideología, una tendencia.

Nuestros actos y nuestras decisiones se apoyan en nuestra manera de pensar y de interpretar el mundo y la sociedad que nos rodea. Aquel que piense que los pobres son unos cómodos que viven del Estado obrará de manera diferente que aquel que piense que los pobres son un sector relegado y marginado que necesita políticas de inserción. Quien piense que la mayor meta de nuestra vida es la realización personal sin molestar a nadie, actuará de distinto modo que aquel que piense que la meta de nuestra vida es ayudar a los demás, o de aquel que piense que la vida no tiene una meta. Nuestra visión del mundo determina a qué le tememos, a quién amamos y a quién odiamos, a qué cosas le damos mayor importancia, en qué zona nos gustaría vivir, con qué personas deseamos o no relacionarnos, qué valoramos, a quién relegamos, a quién votamos.

Ahora bien, si nuestras acciones están motivadas por nuestro pensamiento, ¿qué motiva al pensamiento mismo? ¿Qué o quién nos suministra el material para elaborar nuestras representaciones sobre el mundo? La respuesta debería ser obvia: los medios de comunicación. Un sólo ejemplo: charlamos con un amigo sobre la inseguridad. ¿De dónde extrajimos los datos que aparecen en la charla? ¿Acaso fuimos testigos presenciales de todos ellos? Búsquese bien, y se verá muy pronto que tarde o temprano desembocamos en "lo vi en la tele", "lo leí en el diario", como la piedra de toque de la información, el aparente punto último más allá del cual se encontraría la Realidad Verdadera.

Así, quien controle en mayor grado la distribución de la información, aquel tendrá un mayor poder sobre las representaciones del mundo con las cuales la gente se maneja. Por lo tanto, también tendrá indirectamente poder sobre su manera de actuar y de reaccionar. ¿Qué es mejor, entonces? ¿Que unos pocos dominen el flujo de las palabras y las imágenes, dictándonos a qué temerle, a quién odiar y a quién amar, qué es lo que debemos aspirar a ser... o que el campo comunicacional se abra a una mayor pluralidad de voces e intereses? Quizás algunos piensen que limitar los actuales oligopolios al 33% del espacio es "un atentado contra la libertad de expresión". A ellos les respondo: ¿cuántos de quienes no somos poderosos empresarios tenemos hoy acceso a los medios? ¿Cuánta es nuestra capacidad para elegir los temas prioritarios de debate? ¿Qué poder de elección tenemos sobre los contenidos que deseamos ver, que no sea la falsa libertad de la encuesta en internet o del "mandá el sms con tu voto"? Lo que este proyecto de Ley limita no es la libertad de expresión de los grandes grupos hoy existentes (libertad que, por otra parte, nunca tuvieron más plenamente; nunca leí ni escuché decir en los medios palabras tan desafiantes y agresivas contra un gobierno como las que se dicen hoy en día, sin que nadie los censure) - decíamos, lo que este proyecto limita no es la libertad de expresión de esos grupos; lo que limita es su libertad de expansión. ¡Horror! Dirán algunos. ¿Acaso eso no es una feroz intervención del Estado allí donde no debe? ¿No es eso un atentado a la democracia? Mi respuesta y la de muchos otros es: No. El verdadero atropello a la democracia es este decreto-ley militar que no pone coto al desenfrenado canibalismo empresarial, en el cual el pez grande se come a todos los otros peces justificándose en la "competitividad". El verdadero atropello a la democracia es la exclusión de los sectores más relegados del país del ámbito hasta ahora privilegiado del set de televisión, el estudio radial, la tapa del diario: pobres, indígenas, gays, lesbianas, travestis, transexuales, personas de la tercera edad, los millones de jóvenes y adolescentes que no son Barbie o Ken o Patito Feo, las personas con capacidades diferentes, y tantos otros. El actual sistema ¿les brinda a ellos la tan afamada libertad de expresión? ¿O más bien los confina a la sección Policiales, al flash bizarro de último momento en Crónica, al recuadrito miserable de la contraportada o al chiste de mal gusto basado en el prejuicio? Por otra parte, ¿cómo, de qué manera, podría una mayor cantidad de voces diferentes coartar la libertad de expresión? Lo que los grandes multimedios temen no es que se reprima la libertad de expresión de todos nosotros; lo que temen es que se coarte su propia libertad para acaparar el espacio de las comunicaciones, espacio que no debe ser sólo privado, sino también público, gubernamental y no gubernamental, en una palabra: plenamente societal. No exclusivamente mercantil.

Una vez, navegando por la versión online del diario La Nación, descubrí que algunas publicidades están "disfrazadas" de noticias. Lo que parecía ser por su tipografía y tamaño de letra un titular era sólo un pop-up, una trampa. ¿No es eso, acaso, jugar con la percepción del lector, engañarlo, otorgándole a la propaganda el mismo valor visual que la noticia? A muchos podrá parecerles algo menor, y es natural: estamos acostumbrados a pensar que comerciar, publicitar, promocionar y vender por medio de cualquier recurso es un derecho sacrosanto superior a otros derechos y que justifica toda estrategia. Pero no lo es.

El actual sistema de medios, habilitado por el decreto-ley vigente, finge solidaridad con el consumidor de novedades mientras hace negocio con sus miedos; lo invita a dar su opinión y a participar, siempre que por participación se entienda dejar su comentario en una página web, que de paso estará saturada de anuncios. Se proclama amigo del pensamiento, pero no brinda al espectador la información necesaria para sacar sus propias conclusiones. No deja pensar lo que se dice ni decir lo que se piensa. Para revertir esto es que debemos apoyar la nueva ley.